martes, 11 de octubre de 2016

Contexto histórico - El esplendor del Imperio Romano

Antes de meternos a fondo en nuestro tema sobre la sal, es importante situar a nuestros visitantes y lectores del blog en el lugar y momento histórico del que queremos hablar. Así pues, en cuanto al contexto histórico, nos centraremos en la época de esplendor del Imperio Romano.

Fotografía actual del foro romano en Roma.
Al caer la República romana, Octavio Augusto se hizo coronar emperador por el Senado de Roma el año 27 a.C., inaugurando así una etapa de expansión y prosperidad, protagonizada por su poder personal, que se mantendría hasta el siglo III.

Los primeros años asumió la constitución de la República, hasta que se hizo con el poder militar y legislativo, convirtiéndose así en el dueño de Roma y marginando al Senado en la toma de decisiones. A partir de este momento estableció una nueva forma de gobierno denominada imperio, en la cual se combinaban elementos de la antigua República con otros nuevos propios de la monarquía, de esta forma transformó para siempre la esencia del Estado Romano.

En relación a Hispania, cuando Octavio Augusto se proclamó emperador, en la Península Ibérica llevaban dos años de lucha con las guerras cántabras para finalizar con la conquista de este territorio, `pero fue él quien consiguió derrotar a los pueblos del norte en una amplia operación militar en el 26 a.C. Solo cuando Roma logró vencer a cántabros, astures y galaicos, se dio por concluida la conquista de la penísula, desarrollándose así su romanización en todos los sentidos.

Tras él se sucedieron numerosos emperadores. En el siglo I gobernaron dos grandes dinastías: Julio-Claudia (formada por Tiberio entre otros), que actualizó el sistema judicial y expandió el derecho de ciudadanía a nuevas regiones y grupos; y la Flavia. En el siglo II gobernó la dinastía Antonina (a la que pertenecieron Trajano y Marco Aurelio entre otros), teniendo un inicio esplendoroso con la anexión de nuevos territorios y bonanza económica, pero que fue cayendo en decadencia hasta la crisis del siglo III.

Esta estuvo caracterizada por una inestabilidad política debida al aumento de poder del ejército y la incapacidad de controlar una única persona un imperio inabarcable, además de la presión constante de los pueblos germanos por el norte. Todo ello provocó el aumento de la inseguridad social y el abandono de las ciudades.

Después de esto el imperio intento restablecer su fuerza y numerosos emperadores pusieron todo su empeño durante el siglo IV, pero no lo consiguieron, hasta que en el año 395 Teodosio (último emperador de origen hispano) decidió repartir los territorios entre sus dos hijos, Arcadio y Honorio, dividiéndose así el Imperio Romano entre Oriente y Occidente.

Firmado por:
Natalia García Enríquez

Caída del Imperio Romano.
Bibliografía:

Novillo López, M. Ángel (2011):Breve historia de Roma. Ediciones Nowtilus S.L. 167-297

El País (2005): La Enciclopedia del Estudiante: Historia Universal. Santillana Educación S.L. 82-100

El País (2005): La Enciclopedia del Estudiante: Historia de España. Santillana Educación S.L. 26-28








No hay comentarios:

Publicar un comentario