domingo, 27 de noviembre de 2016

Sal en medicina y veterinaria

En esta ocasión queríamos hablaros de un tema de lo más interesante. Sin embargo, y debido a que no queremos abusar del tiempo de nuestros lectores, nos ceñiremos exclusivamente al título de la entrada, a pesar de que se podrían escribir tratados enteros acerca de la medicina y veterinaria en la antigua Roma. Es por ello que no comentaremos su historia, los fundamentos, el instrumental o los especialistas.

Aun así, debemos mencionar el inicio fundamentalmente religioso de la medicina con el templo dedicado a Dea Salus (diosa de la curación, la limpieza y la sanidad) situado en lo alto del Quirinal. Este componente religioso se mantendría incluso tras la caída del Imperio, donde en sus comienzos aquellos que podían considerarse médicos (en todas sus variantes) o veterinarios eran mal vistos por la sociedad. Esto es así, porque la medicina romana es esencialmente griega, por tanto, se consideraba que sus especialistas eran una suerte de arcaicos que corrompían el buen nombre del civis romanus. Con el pasar del tiempo, fueron innumerables los especialistas en ambas disciplinas y más numerosos aún los tratados que podemos mencionar para la época. Concretamente en medicina, los romanos hicieron tres contribuciones fundamentales:


  1. Los hospitales (valetudinaria) militares
  2. El saneamiento ambiental
  3. La legislación de la práctica y de la enseñanza médica

En veterinaria son igualmente importantes los personajes que podemos nombrar, algunos incluso trabajaron al servicio del gobierno imperial. De entre los animales, el caballo era considerado un sujeto tan complicado como el ser humano y así lo demuestra Mulomedicina, un libro enfermedades de los caballos y mulas escrito por Vegetius a finales del siglo IV.

Sello de oculista
(Fuente: http//:arraonaromana.blogspot.com)
Esto nos lleva a hablar de las fuentes que utilizamos para saber sobre el uso de la sal en medicina y veterinaria. El principal son los tratados y compilaciones hechas sobre la materia de diferentes autores romanos, de los cuales, nombraremos algunos a continuación. Por otra parte, tenemos los sellos de oculista procedentes principalmente de campos de batalla. Generalmente de tipo cuadrangular o rectangular, oscilaban entre los 3 y 6 cm de longitud, de 1 a 5 cm de anchura y 1 cm de espesor. Los mismos se encuentran sobre las recetas de las tablillas que portaban los enfermos, quienes, con éstas, acudían al farmacéutico.

La sal como elemento terapéutico, sobre todo la de Hispania, era eficaz contra enfermedades de la piel, fortalecimiento de las encías, dolores en tendones, la gota e hidropesía, fiebre, afecciones oculares, infecciones intestinales, etc. Pasamos a nombrar algunos remedios medicinales en los que interviene la sal:


De Medicina, por Cornelio Celso
(Fuente: http/:hyfmedfmbuap.blogspot.com)
  • No podíamos dejar sin nombrar al Plinio el Viejo, quien en su Historia Natural habla sobre el uso de la sal contra las mordeduras de serpientes, la descomposición de cadáveres, los dentífricos, los colirios oculares, la disentería o distintas clases de tenia.
  • El poeta Ovidio aseguraba que la sal amónica, importada de Egipto, debía mezclarse con hinojo, mirra perfumada e incienso sobre líquido destilado de la cebada para quitar las manchas del rostro.
  • Quinto Sereno Samónico en su Liber Medicinalis, recomienda la sal Bética como remedio contra las hemorroides.
  • Hipócrates, en varios de sus tratados, utiliza la sal para preparar varios brebajes contra la tos. Él mismo, recomendaba la sal de Hispania para la podagra.
  • Para los animales, la sal junto a otros elementos como la miel, el vino, la cera, el aceito o el betún, era utilizada principalmente para las afecciones de los ojos en animales. Era igualmente utilizada para curar rozaduras e incrementar la fuerza del animal. Así lo aseguraban autores como Paladio en su obra Opus agriculturae, Flavio Vegecio Renato en Digesta artis mulomedicinae, o en el Corpus hippiatricorum Graecorum.
Dibujo de un tratado de veterinaria
 (Fuente: Ars Veterinaria)

Sin lugar a dudas, la sal fue un recurso médico de primera mano para muchas de las enfermedades sufridas tanto por humanos como animales. De todo ello se desprende también el obligado intercambio de productos y saberes que seguramente se realizaba a través del comercio, incluso con lugares muy apartados de la capital del Imperio: Roma.

Firmado por:
José Ramón Baldellou Alonso

Bibliografía:
  • Blázquez Martínez, Jose (1978): Historia económica de la Hispania romana, Ediciones Cristiandad, Madrid.
  • Mangas, Julio y Hernando, Mª del Rosario (2011): La sal en la Hispania romana, Arco/Libros S.L., Madrid.
  • Perea Yébenes, Sabino (2006): "El uso de la sal en el ejército romano y su abastecimiento en época altoimperial" en Arqueología Militar en Hispania II: producción y abastecimiento en el ámbito militar (coord. Morillo Cerdán, Ángel), Universidad de León, León: 345-359
  • Walker, Robin E. (1974): Ars Veterinaria. El arte veterinario de la Antigüedad hasta el siglo XIX. Ensayo histórico, Essex, Madrid.



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