¡Buenas noches! Dejamos un poco atrás la teoría para comentar ejemplos de manera más ilustrativa. Así pues, os damos la bienvenida a Maccarese, donde se han hallado diferentes evidencias de una antigua salina romana, pero no sólo eso...

Este estanque ha sido, desde hace milenios, uno de los principales
centros de atracción para las personas que frecuentan esta zona, afectando de
este modo al paisaje y, consecuentemente, a los diferentes estilos de vida, los
procedimientos de establecimiento y, no menos importante, el desarrollo
socioeconómico. Así surge la historia de una salina que comenzó siendo dulce.
No es casualidad que en los tiempos prehistóricos finales, cuando
el Maccarese Pond era un gran lago de agua dulce separada del mar por cordones
de dunas, las poblaciones asentadas en sus orillas explotasen la reserva de
agua para sus actividades, especialmente para la cría de ovejas y cabras. De
hecho, este período pertenece la evidencia arqueológica más antigua
identificada de aldea neolítica en la península.
Según algunos estudiosos entre los siglos IX y VII a. C, como
consecuencia del avance de los cordones de dunas que separan la Stagno
Maccarese del mar, estaba la entrada de agua del mar, por lo tanto, el estanque
de agua dulce se transformó en una gran laguna de agua salobre, que fue
rápidamente explotada por la creación de instalaciones para la producción de
sal.
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Mapa de Macaresse donde están señaladas las salinas. G. B. Cingolani, Topografia geometrica dell’Agro Romano, 1774. |
Parece obvio que este territorio, antiguamente, supusiera una
importante zona estratégica; su posesión, controlando la desembocadura del
Tíber, garantizaba la principal vía de comunicación con las zonas del interior
de la península y, sobre todo, la explotación de las salinas costeras y por lo
tanto el control de la producción y el comercio de la sal, o sea "el oro
blanco" de la antigüedad.
No obstante, el norte del río, fue interés en el siglo V a.C del
área etrusca y fue atrapado por el territorio de la ciudad de Veyes, que pertenecían también a las instalaciones
mineras de sal, como una reminiscencia de las fuentes antiguas. Por lo tanto,
no es casualidad que la larga guerra entre Roma y Veyes (etruscos) ha sido
descrito por algunos estudiosos como una "guerra por la sal" también
dirigida a la posesión del distrito costero importante de solución salina.
Durante el estudio arqueológico realizado se ha descubierto
también un extenso complejo de conductos romanos y los restos de un largo dique
de ánforas y suelos que datan de las antiguas marismas romanas. Junto a estos
restos, un poco más al sur se ha halla un edificio datado entre el siglo I a.C
y el siglo II d.C. Fue identificado como un edificio destinado al almacén,
oficina o residencia de los trabajadores y que pudo estar estrechamente ligado
a las actividades que tuvieron lugar en las marismas. Dentro de este edificio,
además, se encontraron fragmentos de dos bloques de travertino, cuidadosamente
colocados dentro de un agujero en el suelo. Los dos bloques son idénticos en
forma, tamaño y tratamiento superficial y uno de ellos contiene una inscripción
en frente con una dedicación a Neptuno de dos conductores Campi Salinarum Romanarum, y de ahí el nombre del yacimiento.
Bibliografía:
Cinzia Morelli et Viviana Forte, « Il Campus Salinarum Romanarum e
l'epigrafe dei conductores », Mélanges de l'École française de Rome - Antiquité
[En ligne], 126-1 | 2014, mis en ligne le 30 juin 2014, consulté le 10 novembre
2016. URL : http://mefra.revues.org/2059 ; DOI : 10.4000/mefra.2059
Brigand, R., & Weller, O. (2015). Archaeology
of Salt: Approaching an invisible past. Leiden (Países Bajos): Sidestone
Press.
Firmado:
Laura Pascual Fernández
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