jueves, 22 de diciembre de 2016

Civitates de la Meseta y la Costa Cantábrica


Salionca (Poza de la Sal, Burgos)
Al igual que las ciudades mediterráneas que vimos la semana pasada, el interior peninsular tampoco fue ajeno a la política romana de elección de ciudades cercanas a explotaciones salineras como cabeceras administrativas. Incluso, algunas de ellas llevan la referencia de la sal en su propio nombre, como Salionca (Poza de la Sal, Burgos) un núcleo urbano organizado ya desde época prerromana que destacaba por su situación estratégica junto a unos manantiales salinos. Con la conquista romana, se fundó sobre esta la ciudad de Flavia Augusta, dando un gran impulso a la explotación de la sal, introduciendo nuevas técnicas y definiendo la peculiaridad de sus salinas, caracterizadas por su transporte a partir de una red de acueductos que la conducían desde los manantiales hasta las parcelas rectangulares donde se llevaba a cabo su producción.

Segobriga (Cuenca)
En la Meseta Inferior hay numerosos ejemplos de estas civitates, como la antigua Consabura (Consuegra, Toledo) de la que dependían las salinas de Villacañas, Segobriga (Cuenca) con las ricas salinas de Belinchón, Valeria (Valera, Cuenca) rica por las salinas de Monteagudo, y la colonia Celsa (Velilla del Ebro, Zaragoza) que contaba con las cercanas salinas de Caspe, Sastago y Escatrón.

También destacaron importantes ciudades del valle del Ebro, que llegaron a ser centros de un territorio gracias a la explotación de la sal gema que se hallaba en la ribera del rio, generando muchas salinas en sus proximidades, como es el caso de Salduie, Alabon, Contrebia Belaisca, Caesaraugusta y Bilbilis, todas ellas situadas en la actual provincia de Zaragoza.

En el ámbito de la actual Andalucía destacan nombres como la colonia Salaria (Úbeda, Jaén), Tucci (Martos, Jaén), Ucubi (Espejo, Córdoba), colonia Urso (Osuna, Sevilla), Irni (El Saucejo, Sevilla), colonia Astigi (Ecija, Sevilla), Asido (Medina Sidonia, Cádiz), Carteia (Algeciras, Cádiz) y Osuna (Huelva), destacando todas ellas por una explotación a nivel local o comarcal de salinas con gran extensión.

En cuanto a la costa cantábrica, también tenemos nombres de varias civitates que, aunque no se han localizado con precisión, debieron estar cerca de enclaves sobre los que sí hay testimonios de la existencia de explotación de sal en épocas posteriores, pero que, posiblemente, tuvieron su origen romano. Este es el caso de Cabezón de la Sal, Puentenansa, Monte Corona y Polanco, todas ellas situadas en la actual Cantabria. Lo mismo podría decirse de Irunia (despoblado de Irueña, Vitoria), relacionada posiblemente con las salinas de Añana.

En otros casos la relación directa es más clara, como en Virovesca (Briviesca, Burgos), Cortona (Medinaceli, Soria), las salinas de los Bergistani (Berga, Barcelona), las de Ausa (Vic, Barcelona) o las de Ilerda (Lérida), localizadas en la Meseta superior de la Península Ibérica.


Firmado por:
Natalia García Enríquez

Bibliografía:

Mangas, Julio y Hernando, Mª del Rosario (2011): La sal en la Hispania romana, Arco/Libros S.L., Madrid

No hay comentarios:

Publicar un comentario