miércoles, 21 de diciembre de 2016

La sal en el ejército (II)

Como he dicho anteriormente en mi última entrada, hoy me centraré en los tres aspectos fundamentales del uso de la sal en el ejército para entender su importancia. 

El primer de ellos sería su incidencia en la dieta. Los alimentos principales del ejército variaban según las zonas y épocas aunque a grandes rasgos esta dieta estaba basada en cereales, vino, aceite y carne, utilizando la sal como condimento y conservante. La conserva era un factor fundamental pues permitía que las provisiones durasen más y asimismo podrían llegar lejos y aguantar largas batallas. Durante las largas caminatas bajo el sol tomaban una pequeña cantidad de sal para que esta absorbiera los líquidos del cuerpo y no los expulsaran mediante el sudor, de esta forma evitaban la deshidratación y consecuencia de ello no sería necesario parar.

En los relatos de Apiano sobre la guerras del general Lúculo en el noroeste hispano, se cuenta como sufrieron enfermedades producidas por la alimentación al consumir nuevos tipos de carne a las cuales no estaban acostumbrados y la falta de sal, les provocaba disentería.

Durante los asedios, los ejércitos deben hacer acopio de sal para mantener su fuerza. En el año 43 a.C. el asedio de Marco Antonio a la ciudad de Mutina, Aulo Hircio colocó jarros de sal y pellejos de vino o vinagre en el río Scultena para que le llegara a la ciudad. Otros ejemplos nos relatan cómo los ejércitos asediaban a los bárbaros cortándoles el suministro de sal y tras 2 años, los bárbaros acabarían rindiéndose. 

En lo que respecta a la medicina (remedios terapéuticos), la sal era uno de los elementos esenciales para curar diversas enfermedades e infecciones, por ser un excelente cicatrizante, desinfectante. Fortalece las encías y es buena para realizar emplastes para dolores de tendones, para la gota y la hidropesía y previene la disentería. Es un material fácil de trasportar, no necesita mantenimiento, se encuentra con facilidad sobretodo en la costa y está repartida por todo el mundo. Gracias a ello los médicos de los ejércitos podrían disponer de ella con suma facilidad, por lo que era un mineral muy usado y de uso efectivo. 

Como salario (paga en especies). Los soldados por sus servicios al imperio eran alimentados durante las campañas y aparte recibían un salario no sólo compuesto de monedas sino que también percibían una cantidad en especies.

La alimentación de los soldados era suficiente para mantener el nivel que se exigía al ejército, pero sus alimentos no eran de la mejor calidad, por ello los días de fiesta pedían alimentos de mejor calidad para las celebraciones, estos eran descontados del salario. Uno de los alimentos esenciales que se pedían era la sal para la creación del pan, por ejemplo. Mucha de esta información se obtuvo de las tablillas  de Vindolanda, donde los soldados narran su día a día en más de 700 tablas, descubiertas en 1973 en la fortaleza romana de Vindolanda, al norte de Inglaterra.   

Tablillas de Vindolanda. 

La sal se revela como un elemento fundamental para la salud de las tropas, alimenta y previene de enfermedades, a la vez es un remedio de urgencia para la curación de heridas de combate. Gracias a estas propiedades y a una organización exhaustiva las legiones romanas conquistaron el mediterráneo y se adentraron dentro del continente europeo hasta las islas británicas.

La información no es muy abundante, pero suficiente para establecer con claridad su importancia. Viene básicamente de dos fuentes como serian Vegecio en su manual sobre El arte de la guerra, y las tablillas halladas en Vindolanda situada en la Muralla de Adriano. Estas tablillas son documentos manuscritos que narran la vida diaria de los soldados romanos entre los años 83 y 105 d.C. 


                                                              Firmado por:
                                                                 Luís Machado


Bibliografía:
  • Muñniz Coello, J., (1978). Sobre el abastecimiento al ejército durante la conquista de Hispania. Habis. 9:243-254.
  • Perea Yébenes, S., (2006). El uso de la sal en el ejército romano y su abastecimiento en época altoimperial. Arqueología militar romana en Hispania II: producción y abastecimiento en el ámbito militar. págs 345-359.

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